Pensando en finales de año. Pensando en ellos.
Con ella paso de extremo a
extremo, sabemos disfrutar tanto la carcajada como la mirada perdida. Siempre
es necesario tener a esa persona con la que podes disfrutar del silencio, no da
miedo porque ambas podríamos dar cuentas de todo lo que la otra está pensando
en ese mismo momento; no hacen falta los sonidos, las ideas se materializan por
sí mismas. El lenguaje telepático es el regalo que te brinda una amistad bien
cultivada, aunque como decimos siempre, haya sido a costa de nuestra voluntad...
Es que ya tenemos la vida en años.
Están ellos, con los que debatir
es mucho más que un pasatiempo, es la raíz, incluso el motor de nuestro
aprecio. Aprendernos, conocernos, valorarnos. La finalidad es reír con la
conclusión, abrazarnos con los argumentos, enriquecernos con las citas. Solo es
posible en personas que saben que la vida posee más de una arista, que las
cosas no están ya escritas. A veces con ellos siento que dibujo el mundo con
ideas, lo pinto de valores, nuestros peros y porqués son la melodía que da
ritmo a lo cotidiano cargándolo de sentido. Nuevos fundamentos son nuevos ojos
para ver, nueva posición para nuevas composiciones.
Qué lindo es tener una persona
con la que sonreís desde el principio porque anticipas la certera carcajada.
Risa que me hace auténtica, que me da ganas de volar y delirar con el paso de
los minutos que se escapan. La alegría es arte, forma y color, ¡Vida! Sacude lo
viejo para volver a lo esencial; y la locura que se expresa no es más que una
fiel representación de uno mismo, siempre simpática y atenta. Lo único que nos
une –y es más que suficiente- es la certeza de saber que ser locos lindos es lo
primordial ¿Quién quiere ser normal?
Conocí a este profesor, que es mi
amigo, mi compañero, mentor y últimamente bautizado padrino académico. La filosofía nos tortura, cual karma que
terriblemente le da fundamento a nuestro ser, logramos darle forma amena para
enfrentarla en la revancha, haciéndola patente en el pasado, presente y futuro.
Sin miedos, su consejo logra siempre que yo visualice mis metas como ya
cumplidas. Por él logré volver a soñar cosas grandes, dibujar mi ruta, hacerme
profesional. Rigor y soltura, acumulo consejos, palabras de aliento,
proyecciones, su ejemplo.
Aquellos otros me miran desde un
rincón, parecen de piedra pero sin embargo un simple grito movilizador nos
despierta del letargo en el que nos sumimos después de tantos soles pasados sin
noticias en el buzón. Nos asustamos con el silencio, pero es imposible tenernos
miedo, nadie especificó la frecuencia solo sabemos que nacimos para compartir
la vida. Lo más asombroso, hasta escalofriante, es experimentar cómo esta gente
logra que en mi vida tres años pasen a ser tan solo tres minutos; el pasado risa
constante y el presente más que motivador. Cuando me los encuentro, el tiempo
se vuelve estático –para nada tedioso- y a veces llego a convencerme de que todo sigue igual. ¿No será verdad?
El dúo aprendiz-maestra lo
encarnamos en cada encuentro. Mi amiga sabe hablarme en paisajes, algo que me
maravilla y asombra poder experimentar. Estamos locas para querernos, porque
ella es capricho disfrazado de sencillez y yo soy racionalidad en lenguaje
oscuro. Será que a ambas la vida nos obligó a sentarnos a aprender, sabios
nuestros corazones entendieron que era más llevadero hacerlo acompañadas y con
mate de por medio. Miramos las nubes, respiramos río, estamos seguras que todo
tiene algo que decirnos. Escucha atenta, esa es nuestra entrega, pasión por rememorar todo lo que nos decimos porque es poesía de la realidad.
Hurgo en mi mente y los
encuentro. No necesito nada de ellos, pero lo quiero todo, porque no podría
vivir sin que sean parte de mi vida. Inexplicable, inentendible, irracional,
fundante.
Me encuentro con estas otras
relaciones en las que nos une la mutua admiración. Yo admiro a estas personas
por algo y es que sé ver su futuro en sus ojos. Determinación, capacidad,
fortaleza. Los amo instantáneamente porque para mí son valores encarnados, no
necesito contar mi historia, ni el último dato en materia de chisme, nuestra
amistad es proyecto. No importa que el futuro no sea común, porque en el
presente compartimos las ansias de hacer reales nuestros sueños, por ellos
trabajamos hoy… solo por ellos.
Por último, todo aquel con el que
comparto abrazos, esos que me levantan del piso y me hacen sentir la más
querida a la redonda. Los abrazos son lo más lindo porque no engañan, es cariño
concentrado que deja marca en la memoria, en el sentimiento y en la relación. Un
abrazo es un te quiero y te quiero FELIZ. De tantos, tantas veces, solo me
basta con un abrazo que complete todo lo que ya se encuentra patente en nuestra
amistad.
Que hermosa experiencia enredar la amistad entre palabras acertadas, escuché por ahí en un intercambio de idea, que cada persona es un cuento que se cuenta, yo quiero contar de quienes me rodean porque son parte de mi relato, de las rimas que construyen mi hacer y pensar. De más está decirles, mi camino
son personas, mis palabras son de cariño, la historia –SIEMPRE- es historia
compartida. ¡Tengo muchas palabras todavía! ...ansiosas por enredarse en nuevos
personajes.
Julia.-