Las charlas con esa amiga que ve tu alma son siempre
inspiradoras.
-“Me siento libre.”-“La filosofía abrió tu mente.”
Abrir mentes. No se trata de dos o tres
nuevos conceptos que te permitan reinterpretar la teoría platónica, no es estar
un paso más adelante en la carrera académica, no es un nuevo título, no es sentirse más culto. Abrir la mente es abrirse a la vida.
Pensar de a dos y con mates de
por medio siempre es mejor. ¿Qué es abrir la mente? ¿Qué es abrirse a la vida?
Mi amiga maestra insistió: abrirse a la vida es encontrarse con tus
interrogantes. Ven, ¡la filosofía está en todos!
¿Hay alguien que no tenga
interrogantes? ¿Hay alguien que esté tan tranquilo que ya ni se pregunte nada?
¿Eso es estar tranquilo o es estar al margen de la vida?
Me animo a generalizar: las
preguntas están misteriosamente presentes en todos nosotros. Pero cada
uno se relaciona con ellas de un modo distinto, están aquellos que prefieren
hacer como que no existen y vivir tranquilamente;
están los otros, que se hacen cargo de las mismas y su historia se convierte
junto con ellas en misterio.
Ocultar las preguntas debajo de
la alfombra no implica que estas dejen de acecharnos. Lejos de vivir
apaciblemente, encubrirlas nos envuelve en una vida amenazada por el tedio y la
necesidad de crear problemas aparentes para salar una cotidianeidad desazonada.
¿Viste que si te olvidas de ponerle la sal al agua, las papas nunca van a
quedar realmente sabrosas? Eso pasa…
En cambio, enfrentar la vida te
permite pasar momentos amargos pero también disfrutar de la realidad de los
sabores en toda su extensión. Es decirle no a las apariencias, al teatro
montado; y convivir con la realidad formal. Comprometerse con una pregunta es
animarse a dotar de sentido la vida y eso implica abrir la mente para reconocer
que esa pregunta va a rebotar una y otra vez en nuestras experiencias,
reapareciendo siempre como interrogación… nunca como certeza. ¿Quién quiere
certezas?
Con mi amiga nos sentimos libres
porque nuestra mente se anima a caminar a la par de las dudas, a tomar mates
con ellas, a rodearlas, reconocerlas, abrazarlas y agradecer que todo sea
misterio incapaz de revelarse. ¡Pero qué lindo gusto tiene la vida vivida de
este modo!
Sin ocultamientos. Mi realidad es
pregunta.
Julia.-
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