lunes, 1 de octubre de 2012

Los pescaditos en realidad son dorados, no de oro.

Como fiel estudiante de filosofía me encontré un día que sin quererlo, sin buscarlo, sin habérmelo propuesto, yo misma me había convertido en filósofa. Es imposible pensar sin que el pensamiento te convierta, te enriquezca y se convierta en parte de uno mismo -no estaba tan errado Descartes, pienso... existo. 

Hace mucho tiempo ya, que me encuentro yo sola con mis pensamientos, quizás lo que me impedía compartirlos es esta molesta certeza de saber que las palabras nunca son suficientes a la hora de expresarme. No hay frase que logre ser fiel a lo que pienso y lejos estaba de querer traicionarme a mi misma. Pero todo filósofo logra superar esta inalterable limitación y se lanza a las palabras, vehículos del pensamiento; se arroja a la opinión, al mar de encuentro. 


Esto que hago, esto que expreso, es búsqueda. 

                                        Busco crear mis pescaditos de oro,
                                                         independientemente de las contradicciones...

6 comentarios:

  1. Bienvenida a el mundo de los blogs!

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  2. Mi pequeña filosofa :)

    La felicidad puede trascender más allá de las venas que aunque los pecesitos sean dorados y no de oro valen tanto o mucho más que eso porque la felicidad no se puede comprar ni insertar, sino que se siente se vive y se trasmite.

    Lei

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