31 de Abril de 2012
Es totalmente legal estar triste.
No se otorga sanción al que ande llorando en el colectivo, a quien sienta un
nudo en la garganta cuando salga del trabajo, a aquel que no puede evitar que
se le llenen los ojos de lágrimas cuando tiene que dar una mala noticia. No se
acumulan penas de tristeza en ningún fichero de tribunales. No se abre un
expediente con el nombre de aquellos que, aunque no derramen lágrimas en algún
colectivo, tienen una herida sin sanar.
Sin embargo, nadie quiere estar
triste.
No hace falta revolver entre
ideas filosóficas de antaño, no es necesario leer enciclopedias voluminosas, ni
estudiar la anatomía y el funcionamiento del cerebro humano. La respuesta a
este dilema se encuentra en la superficie:
Nacimos para ser felices.
Entonces vive tu tristeza en el
espacio y tiempo que sean necesarios, porque es un sentimiento y hay que serle
fiel a los mismos. Es humano y no experimentarlo es engaño a tu esencia.
Pero por favor, que la tristeza
no te aleje de la VIDA.
Y Vida es búsqueda de felicidad.
Felicidad es disfrutar del viaje.
Y estas no son solo ideas…
Julia.-
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