El tiempo solo existe para que te
des cuenta que los ideales no son realidades. La concretización siempre es
traición a la pureza, a la perfección de la idea.
El espacio solo existe para que
te frustres, porque ese asombro cotidiano, el segundo en que te quedás sin
respiración, la belleza... te deja sin palabras y por tanto, no puede volverse
idea, no intentes apresarlo.
¿Somos seres de dos mundos?
¡Por
momentos y por espacios, no me sale vivir!
Por más que me esfuerce no encuentro universales ningún día a la semana, pero igual me convenzo de que los ideales residen en mi. No me resigno ante la frustración; vivo de cara a la belleza porque, más allá de que sea imposible asirla en mis manos, no es mera apariencia.
Crecí y aprendí a reconocer la plenitud de lo singular.
Ju.-
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