No creo en vidas pasadas ni futuras. Lo desesperante de la vida es que es una sola. Y eso es, para mí, sinónimo de perfección. No necesito más vidas. Pero sí fantaseo con una idea en mi cabeza, la de paraíso. Porque, aunque no predico la importancia de vivir de utopías, sí me parecen un excelente recurso para entretener la mente. Mi paraíso es la utopía de poder elegir una vida en otro lugar del mundo. Exploro, entonces, vidas paralelas, en aquellos rincones del mundo que me resultan extrañamente familiares. Tan familiares como para albergar una Julia, ni tan igual, ni tan distinta.
De haber nacido en Sicilia...
La costa sur es mi hogar. Demasiado
enamorada del mar, la poesía sigue siendo mi aliada. Más apegada a la
naturaleza que nunca, ese es mi motor filosófico. Por supuesto que estudié
filosofía, no había otro remedio. Me envuelve un profundo orgullo por mi
tierra, que supo ser la Magna Grecia, hogar y destino de grandes pensadores y
de la que, sin dudas, fue la mejor civilización de la historia. Multicultural,
como ahora, reconozco en mi historia los pasos de las distintas culturas que
hicieron de este su lugar, no solo como inmigrantes, sino más bien, como
conquistadores… reside en mí cierto anhelo de grandeza. La isla moldeó mi
personalidad, es así, soy isleña. Y a pesar de mi multiculturalismo, no me
animo a irme muy lejos, ni tengo intenciones de vivir en otro lugar. Mi amor
por Roma genera una tensión constante en mí. La visito cada vez que puedo, pero
no más de la cuenta. Se me da la escritura más que la lectura. La música más
que el baile. El cine más que la fotografía. Resulté ser mejor anfitriona que
huésped. Me pierdo tanto en el mar como en las ruinas. En lo profundo mantengo
un sueño frustrado: ser arqueóloga. Esa fue la causa de mis últimas
reflexiones. Hablo poco. No genero conflictos. Soy un alma solitaria, pero
alegre. Me gusta cómo el Etna bordea el paisaje de mi isla, pero más me gustan
las preguntas que me sorprenden cuando subo a verlo de cerca. No tengo miedo de
lo que sé que es parte de mí. Yo, la Julia siciliana, no soy aliada de la
tecnología. Prefiero leer revistas, diarios impresos, oler el papel. No
necesito velocidad, ni hacer dos cosas a la vez. ¡Menos tres! ¿Cómo me defino
políticamente? Ni moderna, ni conservadora. No creo en las revoluciones -al
menos no en las sicilianas- pero si en la paz interior. Entre las personas y la
tierra, me quedo con la última. Es este suelo que piso, este mar que respiro, lo
que le da sentido a mis días. Por eso no vuelo lejos, por eso no podría pensar
una vida en otro lugar.
De haber nacido en Barcelona...
La mas snob de las Julias. Estudiante
de literatura, amante del teatro y con cierta afición a la arquitectura que
solo manifiesto a través de la fotografía. Me visto a la moda, siempre con colores
intensos. Me anoto en todos los seminarios vanguardistas de la universidad.
Estoy esperando una beca para estudiar un semestre en París. Mi sueño: quedarme
a vivir en la ciudad de las luces. Aunque claro, NYC no estaría nada mal
tampoco. Muchacha de la gran ciudad, tengo de española eso de las birras y las
tapas, nada más. Mi única batalla política es la de la independencia. ¡Cómo si
los catalanes fuéramos más españoles que franceses! Somos catalanes, y punto. No
me importan los fundamentos ideológicos, sino la pasión. No me gusta la
montaña. No tomo sol -jamás-. Soy más del futuro que del pasado, aunque me
enfoco mucho en el estudio de la historia de Catalunya. Los idiomas se me dan
muy bien, por eso trabajo freelance como traductora. También tengo un perfil en
couchsurfing y mi casa se llena de regalos de huéspedes de todo el mundo. De
Barcelona me gusta el arte, la noche, la universidad y la gente de todo el
mundo que hace propia esta ciudad. No hago escapadas ni viajes cortos. Odio
Madrid. Odio las tradiciones. Odio los mochileros -no sé por qué, pero me
siento así-. Fanática del existencialismo, adoptaría a Sartre como hijo. Más de
Miró que de Picasso. Jamás hice un walking tour, soy amante de las guías lonely
planet. En mi piso no hay una pared en blanco. Tengo encuadrado un autógrafo de
Messi, los otros dos que tenía los subasté en EBay. Jamás agarré un pincel. Ah,
y sí, estudio literatura pero nunca me preocupé por escribir ni una página
original. Soy mucho blablá, lo sé y no me importa. Lo dije antes, la más snob
de todas las Julias, ¡y orgullosa de serlo!