lunes, 21 de enero de 2013

Irse y volver


Vacaciones, me fui y volví. Reflexiono sobre el hecho y aprovecho para dejar  fluir un poco de pensamientos -divagaciones en su máxima expresión- acerca de las idas y vueltas de la vida. 

(De verdad quiero dormirme)

En Córdoba miro las montañas. La gente que me rodea se asombra del modo en que me quedo contemplando. No son sus cimas, ni sus verdes y marrones, tampoco las grietas, curvas y encantos los que me impactan. Cuando las miro pienso: están ahí, tan cerca y sin embargo la mayoría de su superficie todavía es inhóspita y desconocida para el ser humano; ese pasto nunca fue pisado.

Vuelo. Y cuando vuelo pienso cosas tontas, como que hay un robot paseando por Marte, pero esta montaña… no.

¿Y yo? Tantas cosas, tan cerca de mí que todavía no descubro. No sé quién soy ahora, no sé qué voy a ser después. No tengo destino fijo, no quiero saber cuándo tengo que volver. Me quiero ir para conocerme, quiero volver para saber qué más soy. Estoy acá, pero no llego.

Irse es siempre contemplarse desde afuera. Es animarse a ver todos los senderos que todavía no transitaste, es inventar nuevos pasos. Irse es paralizar. ¿Escapar?

No me da miedo contemplar porque la montaña está firme, cambiará lo que tenga que cambiar, pero no se mueve de su lugar. No voy a dejar de ser yo.

Volver es poner manos a la obra… pero todavía poder cerrar los ojos y percibir el reflejo de la montaña en tu memoria.

Volver es saberte cambiada, equilibrada, posicionada, yo misma.

Volver es dar la cara.

Volver es la certeza de que no me fui para escapar de algo.

Irme es saber que soy yo en todos lados.

Volver es reconocer que lo que sentía más lejos había sido siempre lo más cercano. Como ese pasto sin pisar…

Irme es tomar distancia. Es poner paréntesis.

Volver es tomar conciencia.

Irme es sacar conclusiones.

Volver es reconocer que poner en práctica las resoluciones es más difícil de lo que se pensaba.

Irme es dejar la puerta abierta a viejos miedos.

          Volver es esforzarse por cerrarla para volver a funcionar.

                   Irme es sobrevivir.

                                 Volver es querer vivir bien.

                                           Irme es un sueño, volver también.

                                                     Caminar no es adelantarse, es crecer.





Julia.-

Perdón  por el misterio, las palabras salen así últimamente, ni yo sé que quieren decirme.

martes, 8 de enero de 2013

La lógica del color



Mi presente es interpretable, pero por fuera de los conceptos. Hay momentos, como este, en los que me quedo sin palabras a la hora de describir mi realidad, pero no por eso me siento desconectada del mundo. Hay muchas maneras de relacionarse con la vida y para mí, los colores son unas de las vías más hermosas.

Una vez, en el aula con mis estudiantes, estaba enseñándoles el modo de definir lógicamente cuando surgió algo que captó mi interés. Cuando uno busca una palabra en el diccionario, la definición se presenta con una estructura lógica que permite que un concepto sea unívoco –género próximo y diferencia específica- estructura ya establecida hace muchos años por Aristóteles. Espontáneamente nos pusimos a definir palabras al azar entre todos, una de esas palabras era PRIMAVERA; su definición lógica es: “Estación del año que precede al invierno,” claramente resulta de este modo un término unívoco, pero al leerlo, la sensación que nos rodeó a todos fue de extrañamiento…

Entonces, surgió la pregunta tácita en nuestra mente ¿Es realmente ESO la primavera? Una alumna indignada con el método lógico exteriorizó el reclamo: “¡Eso no es la primavera! La definición de primavera debería ser: estar bien en el pasto.” Así comenzó el encuentro de ideas más gratificante que haya experimentado en un salón, des-cubrimos la formalidad de los conceptos y nos animamos a hablar en el lenguaje de la poesía. Olores, sabores, colores, sensaciones, recuerdos, metáforas; juegos de experiencias que nos permitían interpretar y describir la realidad tanto como los conceptos filosóficos. Hicimos estética, metafísica, poesía… todo en cuarenta minutos.

La moraleja del día fue: hay muchos modos de acceder al mundo, distintas maneras de vivir la vida. Abrir la mente es tomar conciencia de esos medios y explotarlos, para ver la realidad en calidad HD.

Así estoy hoy, pocas palabras, llenándome de colores.



Cuando no tengo palabras, pinto.


Juli.-